El Modernismo en Barcelona

miércoles, 6 de agosto de 2008

Barcelona Reforma sededica una de las áreas más relevantes de su actuación profesional a la restauración del patrimonio modernista de Barcelona. Nuestro equipo de albañiles e interioristas ha renovado muchos pisos de ambos Eixamples desde la vocación de reparar los originales para que todo quede igual que en sus orígenes, aunque renovado.



Una edificación es un conjunto de detalles y de corpulencias: unos interiores y unos exteriores que se complementan. En el mejor modernismo, la armonía arquitectónica y decorativa suele plantearse como una metáfora. De manera que si no nos atrevemos a emitir una interpretación es porque las obras son tan ricas que se recrean por sí mismas.



El modernismo es un movimiento arquitectónica anticonvencional, diverso, pleno de singularidades. Cualquier intento de establecer tipologías, de encasillarlo bajo una etiqueta homologada, tan sólo nos ofrecería una visión parcial, aunque aparentemente resultase completísima.





Es lo que se ha hecho tradicionalmente. Se ha cogido una pieza artística –uno de los muchos edificios que CONSTRUCCIONES BONAMBIT ha restaurado en los dos Eixamples – y se ha colocado encima de una mesa de operaciones. La disección ha proporcionado una amplia cantidad de detalles. Pero esa disección ha hecho que, en muchos casos, durante el proceso de observación técnica se hayan evaporado los elementos básicos de la creación original.



Y es que cualquier alteración sobre las bases que inspiraron la creación constituye un atrevimiento imperdonable. El modernismo es, básicamente, un estado de espíritu, un arte de la globalidad. Ostentoso y delirante, bastantes veces sutil, enigmático, fantasioso e irracional. Entonces el restaurador se convence de que únicamente con la consciencia no es posible captar el sentido profundo de la existencia ni de la realidad.



Los restauradores de ese patrimonio arquitectónico de Barcelona hemos de tener la humildad necesaria para limitarnos a recuperar y revitalizar la creación original. Desde esa perspectiva, nada más arriesgado y pecaminoso que tratar de aportar creatividad a lo que ya fue creado por un autor que imprimió su sello personal e irrepetible en la obra arquitectónica.

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