El Ladrillo

viernes, 12 de septiembre de 2008

La invención del ladrillo supuso un gran avance en la historia de la construcción. El ladrillo desplazó a materiales como el acoge o la piedra, mucho más costosa y pesada.

Este elemento básico para el albañil está compuesto por masa de barro o arcilla cocina. Tiene forma rectangular. El ladrillo y el cemento, aliados y compañeros, forman la columna vertebral de la obra nueva e, incluso, de la reforma.

La gran variedad de diseños, texturas, formas y colores de los ladrillos permiten que actualmente éste se haya convertido, también, en elemento decorativo muy utilizado en interiorismo.



En cuanto a su composición, los ladrillos se dividen en cuatro grandes grupos:

Macizos.- Son ladrillos planos con una de sus caras más baja para que albergue en su desnivel el material de agarre.

Especiales.- Son aquellos que, por sus distintos formatos, se adaptan a cualquier espacio. Son ideales para rematar ciertos trabajos. Los hay con doble canto, terminados en curvas, con ángulos esquinados y con puntas redondeadas.



Perforados.- Tiene agujeros que les atraviesan, lo que permite que el agarre traspase el ladrillo entero, de manera que se fusionan diferentes piezas como si fuesen una.

Huecos.- Constituyen una muralla contra las humedades. Su peso es muy reducido y tienen múltiples aplicaciones en la construcción, como levantar dobles muros entre los cuales insertar el material aislante o impermeabilizante.

Existe una amplia gama de colores a la hora de elegir un tipo de ladrillo visto que le dé un buen aspecto a la construcción. El cromatismo puede varias desde tonos ausentes de color, como el blanco o el negro, hasta el rojo o el púrpura.

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